¿Qué le debe la literatura a la Biblia?

Según Marilynne Robinson, la Biblia es la precursora de infinidad de grandes obras de la literatura occidental.

Marilynne Robinson fue la ganadora del Pulitzer de 2006 con su novela Gilead. Recientemente ha escrito en The New York Times sobre su trabajo de investigación acerca de la influencia de la Biblia en la literatura. 

Opina Marilynne que "Al margen de que se tenga o no conciencia de ello, dentro de su ámbito de influencia, la Biblia es el modelo por excelencia para el arte y el pensamiento".

Su argumento se basa en la teoría de la "inter-textualidad" de las obras literarias. Esta teoría mantiene que el significado que se desprende de un determinado libro depende de la comprensión de todos los otros libros que previamente haya leído el lector. En este contexto, adquiere sentido que la Biblia, best-seller universal, se relacione con muchas otras obras. Y su influencia se mantiene, ya que trasciende el tiempo y el espacio, y su análisis de la condición humana es tan relevante hoy como lo fue hace siglos.

Escribe Marylinne: "Muchas de las grandes obras de la literatura occidental se dirigen directamente a las preguntas que surgen dentro del cristianismo. Varias de las grandes obras de la literatura occidental se dirijan de manera muy directa a las preguntas que surgen dentro del cristianismo. Ellas responden al mismo impulso de poner el énfasis en la Escritura y la doctrina, para ponerlas a prueba por medio de la imaginación dramática, visible en los cuadros antiguos de la Anunciación o del camino a Damasco".

En síntesis, Marilynne afirma que la literatura está escrita desde el supuesto de que los lectores están familiarizados con la Biblia, la cual en literatura es una verdad y una referencia eterna al margen de las cuestiones religiosas.